Las piezas únicas concentran la esencia de nuestro oficio. Enamorarte de una piedra, imaginar qué hacer con ella, dar rienda suelta a tu creatividad, dedicarle horas de pasión y plasmar todo esto en joyas, casi siempre, irrepetibles. En la mayoría de los casos no se podrían repetir por la imposibilidad de adquirir gemas exactas a las que contienen.