NOTICIAS >> Igualar un pendientes, un trabajo difícil

NOTICIAS >> Igualar un pendientes, un trabajo difícil

 

 

Lo más enriquecedor del trabajo de un artesano joyero es que cada día nos enfrentamos a retos diferentes y variados. Si tuviéramos que valorar cual es el trabajo más complejo y exigente de todos, probablemente sería igualar un pendiente. Un pendiente se iguala cuando su pareja se ha perdido. 

Cuando diseñamos unos pendientes partimos de una pareja de gemas, de perlas, de piedras semipreciosas…. que previamente hemos adquirido. Las joyas, que son prácticamente idénticas, por lo que cuando una se extravía un pendiente, surge el primer problema: encontrar una piedra exacta de color, de talla y de tamaño, con la dificultad añadida de que en ocasiones resulta imposible medirla.
Una vez superado este inconveniente debemos meternos en la piel del artesano que en su dia creó la joya.

Debemos imitar su forma de trabajar

  • bien íntegramente a mano
  • o utilizado las nuevas tecnologías de diseño, adivinando la aleación para el color del oro, extrayendo los ángulos exactos, los grosores de cada parte del pendiente, las curvas, las longitudes, los volúmenes, reflejando la pieza si no son simétricos….

Esto no sucede cuando se hacen ambos pendientes a la vez, ya que se van emparejando cada sección de oro , plata o platino desmontada, pudiendo compararlas una a una hasta clonarlas y repitiendo cada proceso en cada pendiente.

Por último, el engaste. Cada engastador deja su seña de identidad en el reparto de los brillantes, en el tamaño de los granos de sujeción, en el ángulo  del buril en los cortes… y tenemos que plasmar su técnica en el nuevo pendiente. 


Un trabajo alejado de la creatividad, pero de gran exigencia técnica. Con ello logramos en el mejor de los casos, una copia exacta de un diseño original. 

Igualar un pendiente